sábado, 15 de mayo de 2010

POSITIVA

Se convirtió en un referente para aquellas mujeres que buscan destacarse y estar cómodas. Sin embargo, oculta un pasado radial. Quién es y qué esconde esta chica que pisa fuerte.

La primera vez que la vi estaba sentada en un departamento de la calle Maipú, con su melena rubia y sus ojos claros, intentando pegar una suela de zapatos; y rodeada de centenares de otros que habían nacido de su propia imaginación. Los había de todos los colores y de todas las formas, altos, bajos, con tacos de más de 8 centímetros y hasta los había de novia y de madrina. El fondo blanco ayudaba a que ellos se distingan, a que sean los protagonistas.

Con tan sólo 36 años, Luz Príncipe, es ya una marca registrada para aquellas mujeres que aman los zapatos; para aquellas que buscan como extensiones de sus pies calzados de calidad y buen gusto.


El pasado no pisado

Luz se crió entre dos barrios porteños, el de Parque Centenario y Parque Patricios. Recuerda su infancia llena de felicidad. "¡Eramos los Campanelli!" Eran todos muy "familieros", de los típicos que consideran que un almuerzo con los parientes un domingo es sagrado.

Hasta el día de hoy, ella conserva dichos valores, nunca omite  a su marido, a sus padres y a sus amigas; para Luz lo más preciado es que aquellos a quién ama y que la aman tengan armonía y se encuentren bien.

De chiquita, Luz ya era sociable, jamás tenía inconvenientes para entablar una conversación o sumarse a un grupo nuevo. "En el barrio me decían que era una `charleta´; la verdad es que siempre fui mandada".

Y siempre escondió, de pequeña, un gran amor por la radio.

Estamos en el Aire

"Hubiese sido contadora como mi papá", dice Luz seriamente. Sin embargo, su futuro viraba para otro lado: decidió estudiar Locución y Periodismo; adoraba las mil voces de Niní Marshall.

Comenzó en el medio a través de un casting en Radio Nacional y fue, durante mucho tiempo, locutora de informativo de 0 a 6 de la mañana mientras la música y Zulma Faiad hacían eco en el piso. Hoy, no se arrepiente de ello, pero sí reconoce que lo hizo porque era joven: "no sé cómo lo resistí pero fui muy feliz haciéndolo".

Entre sus recuerdos radiales más felices se encuentran los viajes que realizaba para Radio Supernova, en dónde cubría recitales en vivo en todo el país para un programa que se llamaba "Argentina en Vivo". "Cuando la luz se enciende no hay otra cosa que corra más que la adrenalina del vivo", dice Luz que se autoproclama amante de la radio que te toma por sorpresa.

En una de esas oportunidades, en que el medio se vuelve ágil, tuvo un entredicho con un conductor que en dicho momento poseía mucha popularidad (de quién prefirió no dar el nombre) y lo que es peor ¡es que fue al aire! En una entrevista, dicho animador antes de su última pregunta, invitó a Luz a que cuestione al entrevistado; sin saberlo, ella realizó la pregunta que había pensado el conductos... "¡En fin, se me ofendió al aire y me costó remontar el muerto un montón!".

Para los ochenta años de la radio, la chica de los zapatos de colores, decidió brindarle un homenaje a los olvidados del medio: los operadores. Realizó un texto, basado en entrevistas, dónde expresa que el festejo del aniversario, justamente, dejó afuera a los que, mediante su tarea, permiten que la radio se escuche. "El operador es siempre el que está un paso más adelante que el conductor"; sin embargo, frente al nuevo pedido de locutores-operadores, no está en desacuerdo con que el medio evolucione "sino todavía estaríamos en la terraza del Coliseo oyendo Parsifal"; para ella, todo depende del producto final que se quiere conseguir: "un conductor que se concentra en lo que está hablando no puede realizar el trabajo del operador".

Para Luz Príncipe, lo más importante es la autenticidad, el no colocarse filtros al expresarse; obviamente sin llegar a lo burdo.

Pero a pesar de su amor eterno por la radio, decidió "abandonar" su profesión. Entre sus razones se hallan, el tener que vivir al revés que los demás (por los horarios nocturnos), el trabajar para otros, y quizás la más importante, "la competencia al divino botón".

Hoy, a seis años de haber dejado de pisar los estudios, cada tanto extraña hacer radio.

"¡Había que crecer para pasar el invierno!"

Siempre le gustaron los zapatos. Recuerda que de chica veía a su madre con dos pares en particular: "unas balerinas plateadas y enormes, y monstruosas plataformas de corcho". De hecho, la primera vez que tuvo oportunidad de recorrer el mundo, contó entre sus souvenirs de viaje, 48 Cd´s y 8 pares de zapatos.

Su primer experimento fueron unas ojotas bordadas a mano, pero fue evolucionando. "Soy una hormiguita trabajadora"- dice, mientras bromea sobre sus eternos viajes en el 86 en busca de suelas y materiales para sus creaciones.

Con el tiempo, se fue animando a diversos diseños y hoy cuenta entre su haber con más de 5 colecciones y centenares de lugares donde es posible comprar algún par de estos exclusivos zapatos. El emprendimiento nació buscando delinear un calzado sofisticado, glamoroso, único, con una excelente terminación y sobretodo que sea cómodo. Hoy, luego de 10 años, Luz Príncipe ha logrado el objetivo.

El cambio de la locución y el periodismo al diseño no fue fácil, pero tampoco difícil. Los pasos recorridos fueron una gran ayuda. Durante 5 años con sólo 19 años, Luz, fue secretaria de un Gerente de una Multinacional, que le reprochaba el "ver el mundo desde el agujerito de una cerradura" y le exigía tener una visión globalizada de la vida. Esto y un curso de marketing y venta intensivos son los aspectos que Luz Príncipe consideraque fueron fundamentales para su nueva labor.

Lo que más le agrada de su actual tarea es la posibilidad del cambio, el estar cada 6 meses imaginando una nueva colección, un nuevo par de zapatos, una nueva idea. Allí es donde influyen distitnos factores, como ser: la comodidad, la calidad, el color y la practicidad; el concepto es crear "un calzado atemporal, que trascienda las tendencias y que con el correr de los años se transforme en un comodín".

Las satisfacciones son enormes. "Todo lo que uno da, vuelve", por eso para Luz, no sólo es una mera venta de zapatos. El poder brindarle un buen momento a una mujer, tratarla correctamente y hacerla sentir única sin necesidad de caer en la adulación, son aspectos que ejercita día a día.

Blanca y Radiante

El mejor zapato fue el diseñó ella misma para su casamiento, "todos bordados a mano en cristal ámbar y transparente". Recuerda que lo menos importante era el vestido, de hecho, tenía preparado un solerito blanco para el caso de que no llegara a tiempo. Por suerte, llegó diez minutos antes de salir. La foto que paraliza el recuerdo ilumina el Showroom de Luz Príncipe. Es una foto pequeña de 13 x 18, donde en una ronda, ella y sus amigas muestran sus calzados. Los de Luz enceguecen de esplandor.

Sin duda, para toda mujer enamorada de los zapatos, vestir el día de su boda aquel par que tanto soñó es una fantasía, que en la mayoría de los casos no es cumplida. Para salvar esta decepción, la marca Luz Príncipe cuenta también con un servicio dedicado a mujeres que darán el sí y a madres y suegras que actuarán de madrinas.

"Me gusta la mitad de los vasos llenos"- aclara Luz Príncipe, mientras deja entrever el que será en tan sólo unos días el mejor momento de su vida. "Tengo fecha de parto para el primero de noviembre"; la joven de los zapatos con textura de mujer se convertirá en madre.

Esta mujer que se describe tomando la frase de Christian Dior: "mi trabajo es hacer que cada mujer se sienta como una reina", y que emprende cada momento de su vida con pasión, dará luz, en período estival, a su mejor diseño: su hijo, a quién le transmitirá su creencia de que lo mejor siempre está por llegar; a quién inundará con su filosofía POSITIVA.

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